...Y la tormenta
El descenso de la nave era veloz y ya comenzaba a distinguirse a su objetivo. Apenas una mancha multicolor sobre la superficie del planeta. A medida que se acercaban, las líneas suaves y redondeadas de un pequeño vehículo contrastaban con los rombos angulosos y de sus ropajes.
Los ojos de Karl Vane se encontraban inyectados en venganza.
Rápidamente, Los Infames de Vane se desplegaron y tomaron posiciones para enfrentarse a su enemigo, habían aprendido lo rápido que se movía, y era el momento de poner en práctica todo lo aprendido.
El ruido de la nave frenando a escasos metros del cielo puso sobre aviso a la Mascarada del Atardecer, permitiéndoles ponerse a cubierto.
Mut, el engendro que siempre acompañaba a Vane como recordatorio de lo que ocurría a quien daba la espalda a los Dioses, se abalanzó contra la Starweaver de Arkyn, y pese a partir una de sus alas, está logró escapar.
En el otro flanco del campo de batalla, los Arlequines se abalanzaron contra Vane y su escolta, sus Corsos, que se habían atrincherado en un edificio en ruinas. La lluvia de "Besos" y "Caricias" fue imparable, y tanto el líder de los Infames como sus acompañantes escaparon, habían cumplido su objetivo.
Cuando los Arlequines ocuparon el edificio, vieron como entre unas ruinas aparecían los Aniquiladores de Vane, descargando una lluvia de muerte y destrucción que dejó fuera de combate tanto a Arkyn como a decenas de sus Arlequines.
La Mascarada del Atardecer había logrado rechazarles, pero su victoria fue pírrica.
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