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Los Infames de Vane (IV) Enfrentamiento

 


Planeta... abandonado

 

El planeta estaba arrasado por completo, no quedaba ni rastro de vida, humana o xeno, nada. Estaba claro que había sido un mundo industrial, y por su cercanía al Torbellino, ya habría sido saqueado cientos de veces.

Ese tren será el punto de referencia para el perímetro - Vane se había asomado por la escotilla de El Ranger, su rhino, para poder ver con sus propios ojos el terreno - Veamos que hay al otro lado y establezcamos el perímetro.

El procedimiento es sencillo, cuando el número de efectivos es reducido se establece un punto de referencia de inicio del perímetro, normalmente en torno a 2 o 3 kilómetros del punto a asegurar, en este caso la nave. A partir de hay se establece un perímetro más o menos circular, buscando puntos de referencia y colocando alguna trampa o señuelo para evitar ser sorprendidos. Pero en ocasiones, el cazador se convierte en la presa.



Cuando Karl Vane vio brillar entre las ruinas los destellos de las armas era demasiado tarde para huir.

¡¡Vamos!! ¡¡Bajad!! - Vane indicó unas ruinas a sus Aniquiladores - Tomad posiciones y cubrirnos, no sabemos a que nos enfrentamos.



Pero sus hombres apenas tuvieron tiempo de buscar refugio entre las ruinas. Un resplandor les dejó cegados, y apenas pudieron distinguir unas formas humanoides metálicas que les dispararon, obligándoles a buscar refugio más allá de donde pudieran servir de ayuda.

La situación, una vez más se ponía difícil para Vane. Una especie de escarabajos mecánicos comenzaron a rodear El Ranger como una nube de moscas, adentrándose por cada rendija del vehículo y de unas ruinas próximas surgieron tres bestias caminando sobre unas patas metálicas similares a las de una araña. Menos mal que llevaba a Mut, aquel engendro, atado al exterior del rhino y se interpuso en la carga.

La situación, una vez más, se ponía cuesta arriba a Karl Vane, y ordenó desalojar El Ranger para enfrentarse al enemigo que les había cortado la retirada. él encabezó la carga y golpeó y destruyó enemigos hasta que su hacha quedó mellada del chocar contra los cuerpos enemigos.

Pero su esfuerzo fue insuficiente, y en una maniobra de sacrificio, el líder de aquella unidad se lanzó contra Vane para acabar con él.

Los dos personajes resultaron derribados, y entonces reapareció El Ranger, y los Corsos de Vane arrastraron el cuerpo de su líder al interior para escapar mientras eran perseguidos.

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