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Los Infames de Vane (XIII)



Renacer


La llegada al Sector Industrial Kappa fue tan desastrosa como su llegada al planeta, especialmente para su líder. En cuanto desembarcaron fueron emboscados por una patrulla de Lobos Espaciales, los Cuchillos del Lobo.

Vane se preguntaba como había podido acabar en aquella situación. Quizás su arrogancia, quizás un exceso de confianza, quizás... Ya daba igual, la situación era la que era  y no había otra solución posible, solo cumplir su parte.

¿Lo habéis entendido? - Vane se dirigía a los Corsos que viajaban junto a él en el interior del Ranger.

Todos asintieron. El plan era muy sencillo, su ejecución ya se vería. 

Fabius Bile había logrado cortar la hemorragia del costado de Vane, pero no fue gratis, a cambio le injertó un pequeño dispositivo explosivo que emitía un leve zumbido intermitente, era la garantía de que cobraría por sus servicios. El pago, un vidente eldar.

Los recientes hallazgos en torno al Sector Industrial Kappa cada vez llamaba la atención de más y más patrullas. Al parecer, el antiguo apotecario de la III Legión llevaba varios días siguiendo la pista a una patrulla Eldar comandada por un vidente, por eso se encontraba en aquel edificio, esperaba que al día siguiente pasara por allí y poder emboscarle, pero la inesperada llegada de los Infames de Vane había dado al traste con sus planes, aunque tras el encuentro entre Vane y Fabius, este consiguió convertir poner a su favor la fortuna.

La emboscada la llevarían a cabo un pequeño grupo de Infames, mientras Fabius esperaba el desenlace en el interior del edificio. Si todo salia bien, Fabius obtendría un Vidente eldar para sus experimentos, en caso contrario, los Infames pasarían a estar dirigidos por el montón de carne y entrañas en que se convertería Vane tras la explosión del pequeño dispositivo que le habían injertado.



El Rhino se encontraba oculto tras unos generadores, esperando la orden de Vane para abalanzarse sobre sus enemigos.

Esperad a que se acerquen un poco más, sólo tendremos una oportunidad.

La voz de Vane sonaba como como siempre lo había hecho, confiada, serena y brabucona, pero esta vez no era natural. En verdad él sabía que sólo habría una oportunidad, y si fallaba sería su fin, pero no se lo había dicho a sus hombres, no quería meterles más presión.

A una señal suya, todos sus hombres activaron sus espadas sierra al mismo tiempo que el rhino se lanzó hacia los Eldar en un arranque de furia  mientras bajaba la rampa.

Todo ocurrió muy rápido.

Los anhiquiladores surgieron de su escondite y eliminaron a una de las dos escuadras de asalto del Vidente, mientras los Corsos junto con Vane se lanzaron a por la segunda. Varios proyectiles impactaron en el vidente, y este tambaleó, pero logró escaparse y alejarse del combate mientras unas Arañas surgieron de la nada obligando a los Corsos y al propio Vane a buscar refugio. 



Pero los siempre infalibles Anhiquiladores supieron dar buena cuenta no solo de las Arañas, si no también del Vidente.



Cuando los Anhiquiladores hubieron acabado con todas las amenazas, Vane surgió de nuevo con los Corsos.

Recoged el cadáver del vidente y subirlo al Rhino, pongamos fin a esto.

Inconscientemente se llevó la mano al costado, ya había dejado de sangrar, y el zumbido del dispositivo que tenía injertado ya no zumbaba

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