Enemigos desconocidos
El sargento Arkalish esperaba mientras su señor acababa su
informe a la flota.
Así se hará hermano, mandaré a alguien a esperar sus
refuerzos - hablaba Mazearu.
Tras apagar la trasmisión se volvió a su sargento.
Informe, sargento.
Estamos preparados para realizar una nueva incursión.
Bien, partamos.
Esperemos que esta vez salga todo según lo previsto- pensaba Mazearu, mientras se dirigía a su Rhino.
Tras unas horas viajando por el desierto, llegaron al
manufactorum que, según los nativos, albergaba creaciones anteriores a la noctis
aeterna, e incluso de tiempos de la herejía.
Despliéguense, dejen que los cultistas tomen la
iniciativa y sean los que encuentren los problemas.
Mazearu estaba contento, parte del plan había salido según
lo planeado, en cada asentamiento con presencia humana se había instalado un
comando listo para instigar revueltas en la población.
Al poco tiempo de llegar se empezaron a oír disparos y voces
por los trasmisores.
Qué sucede, informen - ordenó Mazearu por el trasmisor,
procurando que no se notara su nerviosismo.
Señor, nos hemos encontrado con fuerzas marines,
desconocemos quien son, pero por sus adornos pensamos que son seguidores de la
eclesiarquia.
Esos bastardos, adoradores de infamias.
Mazearu llegó al campo de batalla y allí se encontró a sus
hombres siendo masacrados por unos marines.
Qué demonios son esas cosas, parecen marines pero son mas
altos que nosotros, y esas armaduras…
Mientras se despistaba divagando sobre que era eso que tenía delante , una de las unidades que estaban trabados con sus cultistas, tras matarlos, se apartaron y abrieron fuego contra él. Recibiendo heridas leves Mazearu ordenó la retirada de sus tropas.
Tras abandonar el combate, después de otra ignominiosa derrota, y llegar a su campamento en los alrededores de la zona en guerra, el sargento Dynan se acerca a ver como se encuentra su señor.
Señor, quien eran esos - pregunto el sargento Dynan - Cada
vez encontramos mas fuerzas hostiles, creo que debería solicitar refuerzos.
Cállate - contestó el Iterador enfadado y dando un puñetazo
a su sargento - los apoyos están en camino. Pero antes de que lleguen quiero
que atrapemos a uno de esos nuevos marines.
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