Ir al contenido principal

Los Bastardos de Guilliman (III)



El comienzo de la búsqueda


Era mediodía en el sector, ante el Capitán Marcus y en Teniente Quinto se extendía una amplia zona en ruinas. En su día debió ser uno de los manofactorum más grandes del planeta.

Sus construcciones evocaban la antigua grandeza del planeta, por la que tanto se enorgullecían sus ya desaparecidos habitantes. Grandeza ahora derramada por doquier por la fuerza de detonaciones y bombardeos de épocas pasadas.

El silencio sepulcral se vio interrumpido por el teniente.

Aquí el capitán, todas las pistas nos conducen a aquel edificio - anunció señalando a una construcción distinta al resto.

Según la información que he reunido, en su interior se custodiaba una antigua reliquia de tiempos pasados - dijo Quinto Sertorio.

Esperemos que continúe allí teniente - masculló Marcus de forma de que sólo el pudiera oírle.

TOMAREMOS ESA ESTRUCTURA EN LA FORMACIÓN 3.14 del Codex Astartes - ordenó el Capitán Marcus para todos sus hombres por el canal vox.

Ante la orden del capitán, todas las escuadras respondieron afirmativamente a la orden, desplegándose cuidadosamente en formación

En la ruinas comenzaron a investigar cual sería la entrada más factible. El deterioro del edificio era considerable.

Un sonido de vocoemisor, interrumpió la exploración visual del capitán de una de las entradas.

Aquí el sargento Titus, hemos localizado movimientos cultistas avanzando hacia su zona. Además las lecturas de Auspex reflejan movimientos de otros Astartes cercanos - comunicó el sargento de los Incursores.

Primero cultistas y ahora otros Astartes, la presencia de Astartes herejes explicaría la aparición de tantos cultos. Debemos encargarnos de todos ellos - ordenó Marcus mirando al teniente.

Señor, permítame encargarme mientras busca la reliquia. La formación 3.14 nos ha dado mucho margen de maniobra. Ellos ni siquiera deben saber que ya conocemos su presencia - solicitó el teniente Quinto Sertorio.

De acuerdo Quinto, confío en usted, use la escuadra de Incursores Fantasmas de Catlh, y llévese consigo al hermano Octavio. La escuadra de Intercesor Delta mantendrá esta posición. Y los Erradicadores Furia de Júpiter le proporcionarán fuego de cobertura.

Quinto se alejó junto al Draghnought hacia la posición en la que se encontraban los Incursores, cuando oyó la primera descarga de bólter de la Escuadra Delta. Quinto esbozó una ligera sonrisa, esos malditos habían obtenido su merecido.

Una vez reunidos con los Incursores avanzaron hasta la posición donde el Auspex sugería mayor concentración enemiga.

Allí Señor, a 100 metros, ese es su líder - dijo señalando hacia la figura del Apóstol Oscuro el sargento Titus.

El teniente ordenó cargar. Fueron recibidos por varias decenas de cultistas, el Apóstol y algunos marines herejes que hacían de su guardia personal.  Quinto los identificó como parte de la Legión Alfa mediante su heráldica

Los leales estaban a tiro de pistola, cuando fueron sorprendidos por una unidad de motos por el flanco derecho.

¡Yo me encargo! - rugió el Hermano Octavio con una potente voz metálica mientras descargaba la ira de su Ametralladora pesada graniferro sobre ellos.

La carga fue una masacre, apenas quedaron algunos cultistas. Huyeron despavoridos dejando al Apóstol herido a su suerte.

El teniente corrió hacia él, pero la carga suicida del Rhino de los herejes le obligó a retroceder.

Enfurecido, desenfundó su pistola bólter, apuntó hacia el escurridizo Hereje. El resto de Astartes leales contuvieron su respiración, viendo como su líder realizaba un disparo aparentemente imposible.

¡Que el Emperador guíe mi mano! - gritó mientras apretaba el gatillo. Instantes después, su enemigo caía abatido de espaldas sobre el polvoriento suelo.

El resto de enemigos se batieron en retirada.

Quinto, veo que cumplió su cometido - dijo el Capitán Marcus a modo de saludo.

Sí Señor, el enemigo ha sido aniquilado, pero… su líder ha escapado, lo siento - se disculpó Quinto.

Creí haberle ejecutado con mi pistola. Pero cuando pude acercarme, solo quedaba un cuerpo humano introducido burlonamente en la armadura de su líder.

No importa Quinto, hiciste buen trabajo. La Legión Alfa trabaja con el engaño y la confusión. El que parece su líder puede ser un simple marine - dijo Marcus al Teniente exculpándole.

Siento decirte, que lo que encontramos aquí no es lo que buscamos Quinto. Se trata de esta poderosa reliquia - informó Marcus mientras le enseñaba la mejor espada que Quinto había visto.

Al menos, Señor, hemos evitado que un arma tan noble caiga en sucias manos Herejes - sonrió Quinto.

Seguiremos removiendo cielo y tierra hasta cumplir nuestra misión. Por el Emperador y El Primarca - jaleó el Capitán Marcus.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los Infames de Vane (I)

Prólogo. La Ira del Tirano

Heraldos de Grimnar (III)

La Saga del Caminante Helado. Juramento de Venganza

Los Infames de Vane (II) Enfrentamiento

Final de una Etapa